viernes, 3 de julio de 2015

¡Sshhhh! ¡Silencio! ¡Esto es una biblioteca!



Esta frase resume en sí misma un modelo de biblioteca que agoniza, aunque sigue  teniendo vigencia todavía en los círculos bibliotecarios predigitales  y entre algunos usuarios intolerantes.  Este espíritu cartujo ha forjado una imagen de la biblioteca y de los bibliotecarios que será muy difícil quitarse de encima. Digo muy difícil, pero no imposible. Vivimos tiempos duros, tiempos inciertos, tiempos de cambio. Las bibliotecas han de reinventarse. Unas pueden optar por ser reductos de silencio y tranquilidad para lectores añosos y tiquismiquis y estudiantes agobiados e intransigentes.  Éstas se convertirán en anquilosados museos para lectores fósiles y tendrán poco futuro, aunque conservarán seguramente su orgullo de clase,   y al igual que el hidalgo del Lazarillo, irán poco a poco adelgazando hasta agotarse en sí mismas.  Otras optarán por abrirse a la sociedad, por impregnarse de ella, por generar nuevos servicios y por solicitar la palabra a quienes tienen muchas cosas que enseñar, mucho que compartir: las personas.  Las bibliotecas no somos nada sin ellas y sin embargo, las hemos impuesto silencio en nuestras salas durante décadas. Ha llegado la hora de pedirles que hablen.  El tema es lo de menos. Una de nuestras labores como bibliotecarios será convencerlos de que sus conocimientos son interesantes para nosotros y para el resto del público, que tienen mucho que aportar, que tienen cosas que decir y que pueden y deben compartirlas. A veces ni siquiera sabemos que sabemos, pero  cada persona es un libro, como en la novela de Bradbury, con la salvedad de que nuestra biblioteca humana, además de almacenar historias, contiene informaciones variopintas relacionadas con los oficios,  las aficiones, los gustos,  los pensamientos, o las  experiencias vitales.  Sacarlas a la luz es la nueva mayéutica bibliotecaria. La hemos experimentado y ha resultado altamente satisfactoria, para los usuarios y para la biblioteca.  Ellos han descubierto un espacio que a partir de ahora será suyo, nosotros nuevas formas de dar protagonismo a quienes verdaderamente han de tenerlo.